En el post de hoy te quiero hablar del estrés en los niños.

Cuáles son los síntomas y cómo podemos reconocer la aparición de procesos ligados al estrés en los más pequeños de la casa.

El estrés es la respuesta automática y natural de nuestro cuerpo ante las situaciones que nos resultan amenazadoras o desafiantes.

Cada día más, escuchamos hablar de estrés, decimos que estamos estresados, nos sentimos estresados, con tendencia a ir hacia la ansiedad (exceso de Hacer) o depresión (exceso de apatía).

  • Cada día tenemos más estresores que afectan nuestro equilibrio.
  • Cada día nos sentimos estresados a una edad más temprana.

Cuando pensamos en los niños tenemos la falsa creencia de que los niños No sufren.

Pensamos en el mundo infantil como un mundo donde abunda la alegría, la despreocupación, la ausencia total de estrés. Ojalá fuese así, sin embargo cada vez tenemos más claro que nada más lejos de la realidad.

Nuestros niños sienten estrés y tienen preocupación. Esto proviene generalmente por estímulos externos, por el ritmo o el ambiente en el que viven que los desconecta cada vez con más rapidez de ellos mismos, y también pueden venir del interior, por ejemplo, al auto-exigirse demasiado por satisfacer una expectativa familiar que cree que le han impuesto.

Se pueden describir infinitas situaciones que generan estrés en un niño. ¿De verdad creemos que un niño de 2 años que entra en la guardería y que debe separarse durante horas de su progenitor, no experimenta dolor, sentimiento de abandono, inseguridad? O que las grandes expectativas que volcamos en nuestros hijos, aunque lo hagamos sin querer dañar, si no más bien desde el deseo de que consigan “grandes cosas en la vida”, ¿no genera presión y consecuente situación de estrés en la vida de nuestros pequeños?

Sea cual sea la edad de nuestros hijos, hoy en día debemos saber que el estrés forma parte de la vida de lo más pequeños también.

“No habrá paz sobre la Tierra, si no estamos en paz con la infancia”

-André Stern-

El hecho de que un niño no somatice con hipertensión no significa que no sufra estrés. En los niños no es fácil reconocer los síntomas del estrés, pero podrás observar cambios en su comportamiento.

El estrés puede afectar a cualquier persona de cualquier edad que se sienta presionada o agobiada. El estrés en los niños difiere de los síntomas que padecen los adultos debido a la diferente maduración cognitiva, emocional y conductual existente entre mayores y pequeños. De hecho, la etapa de desarrollo es otro factor importante, pues el estrés se manifiesta de forma distinta en los más pequeños.

Como en los adultos, en pequeñas cantidades, el estrés puede ser bueno. Pero, el exceso de estrés puede afectar sensiblemente la forma en como el niño piensa, actúa y siente.

Los niños aprenden a responder al estrés a medida que crecen y se desarrollan. Muchas situaciones estresantes que para un adulto son manejables causan estrés en un niño. Como resultado, incluso los cambios pequeños pueden tener un impacto en los sentimientos de seguridad y confianza del niño. Puede tener su origen en factores externos (los acontecimientos de fuera sobrepasan las propias capacidades del niño) o en factores internos (según se perciba a sí mismo y al mundo que le rodea) y especialmente en la interacción entre ambos factores.

Señales de estrés en los niños, ¿Cuáles son las más frecuentes?

Como te decía antes, dado que el sistema cognitivo del niño está en fase de maduración y desarrollo suele resultar más difícil darse cuenta de los síntomas de estrés en los más pequeños.

A continuación te dejo un listado con los síntomas físicos que podemos detectar cuando los niños se sienten estresados:

  • Disminución del apetito y otros cambios en los hábitos alimentarios
  • Dolor de cabeza
  • Empezar a mojar la cama o hacerlo frecuentemente
  • Pesadillas
  • Alteraciones en el sueño
  • Molestia estomacal o dolor de estómago
  • Otros síntomas físicos sin ninguna enfermedad física
  • Los síntomas emocionales o de comportamiento pueden incluir:
  • Ansiedad o preocupaciones
  • Incapacidad de relajarse
  • Miedos nuevos o recurrentes (miedo a la oscuridad, a estar solo o a los extraños)
  • Aferrarse al adulto, no querer perderlo de vista
  • Rabia, llanto o gimoteo
  • Incapacidad para controlar sus emociones
  • Comportamiento agresivo o terco
  • Regresión a comportamientos típicos de etapas anteriores
  • Renuncia a participar en actividades familiares o escolares

Cuando son muy pequeños pueden manifestar sus sensaciones estresantes a través de irritabilidad continua, llantos y deseos de estar siempre en los brazos o pérdida de apetito.

A veces aparecen pesadillas o miedos evolutivos exacerbados (a la oscuridad, personajes disfrazados) o ansiedad de separación.

A medida que van creciendo se muestran más irritables o aparece el llanto sin motivación alguna. Si continúan estresados estarán más agresivos de lo habitual con comportamientos para llamar la atención y quejas de dolores o de molestias físicas.

Durante la adolescencia o pre adolescencia desarrollan un mayor razonamiento sobre el significado de la ansiedad y el estrés aunque no identifican sus reacciones y tienden a sufrir alteraciones conductuales y emocionales.

 

Paso a paso acercándonos al niño

Independientemente de la edad de los niños, siempre que creas que pueden estar estresados, el primer paso es la comprensión. En estado puro.

Y quitarse el sentimiento de culpa. Desde la culpa difícilmente podremos ayudar.

Lo segundo es comprender y acompañar al niño de camino hacia un nuevo equilibrio. Remover las causas que lo han llevado a un estado de estrés, delante del niño, solo podrá sumar más malestar al pequeño.

Recuerda que el sentirse comprendido, apoyado y acompañado, tiene un efecto relajante casi inmediato en el cerebro del niño.

A partir de ahí, buscar ayuda de especialistas y apoyo según la edad del niño y las circunstancias específicas de cada caso.

yoga nidra en familia

Tercero, incluye en vuestra rutina semanal, y al poder ser diaria, un ritual de relajación. No hace falta que sea mucho tiempo: con unos minutos de caricias, un masaje con A.E. de lavanda, tumbaros juntos escuchando un audio de Yoga Nidra Niños o una música relajante, mientras os dais la mano o estáis abrazados, es la mejor medicina para el estado emocional de los pequeños de la casa.

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