Como habrás podido leer en la web, para mi la vida y la practica de Yoga son viajes, que nos llevan a descubrir rincones del mundo y de nosotros, que no conocíamos y que nos enriquecen más a cada paso que damos.
Tanto en la vida como en la esterilla hay días mejores que otros, hay pierdas en el camino, hay evolución y crecimiento.
Cuando estaba tomando forma en mi cabeza y en mi corazón mi proyecto personal Biyoga, siempre me venia a la mente la metáfora del viaje. Y cuando estaba desarrollando mi linea pedagógica, mi misión, mi discurso…empecé a tener claro que lo que y quería, y quiero, es acompañar mis alumnos a una viaje de Fuera hacia Dentro.
Sé que al leerlo te sonará raro, porque en realidad, en todas partes, se lee y se oye justamente lo contrario: de Dentro hacia Fuera.
Y no me he vuelto loca o me he confundido a la grande. Si no que en este discurso recurrente del “cambia primero Tu por dentro y luego verás como alrededor tuyo todo y todos también van cambiando”, me falta una pieza clave.
Me falta el viaje de ida. Me falta el viaje que, primero, te lleva de regreso a casa.
Imagínate un viaje en tren o en avión. Tienes un destino, quieres aportar cambios en tu vida. Sea en la dirección que sea, has decidido que así no quiere ni puedes seguir y necesitas, urgentemente un cambio. Empieza a buscar, leer, probar…y todos hablan de “cuando tu cambias por dentro es cuando se producen los cambios que deseaban y empiezas a verlo todo bajo otra luz”.
Ya. ¿Pero como se llega al lugar llamado “Yo mismo”?. Quiere ir a conocerte mejor a ti mismo, a rencontrarte, a trabajarte…
Y actualmente estas en un lugar donde toda tu atención está enfocada hacia fuera: redes sociales y likes, exámenes y notas, deportes y ratios, series y porcentajes que te queda por ver antes de empezar la siguiente…y así podríamos seguir hasta tocar cada faceta de tu vida.
Primero tendrás que hacer un viaje de ida hacia tu “Yo mismo” y luego empezaras tu viaje de vuelta, recogiendo los nuevos frutos, ¿no crees?
Además, es bonito recoger los frutos de los cambios que consigas aportar en tu vida, pero vamos, como cualquier buen viaje que se respecte, el tramo de camino que te lleva hasta tu destino es taan bonito que la sola meta en sí, no tendría el mismo sentido.
Así que, desde aquí te animo a que compres el billete de Ida y Vuelta, porque si no, probablemente te perderás por el camino y seria un pena, ya que “las vistas merecen la pena”.
Tienes a tu disposición muchas rutas que hacer para llegar al mismo destino, solo necesitas elegir cual se adapta mejor a ti y, sobre todo, al momento en el que te encuentres.
Yo promociono el “Yoga del Sentir”, no evolucionamos tan rápido en las posturas, ni tenemos como meta ponernos a hacer las posturas “de acróbata”. Tenemos como objetivo aprender a traer nuestra atención, por lo tanto nuestra energía, a lo que ocurre en la esterilla y en nosotros a lo largo de la practica. Fácil de decir, que no sencillo de hacer.
Yo promociono todos los aspectos del Yoga que nos pueden ayudar a reducir el estrés, a bajar el ruido interno, a controlar la respiración, a compensar toda la rapidez y exigencia que nos rodea el resto del tiempo.
Yo promociono la Meditación, el Yoga Nidra (yoga del sueño), las relajaciones largas, el lenguaje intimo de tu sentir con tu cuerpo y tus emociones y el Yoga para niños y familias, porque es ahí, donde podemos sembrar nuestro futuro.
Así es como yo recorro la senda del Yoga. Acompañándote de Fuera hacia Dentro.
Una vez ahí, a lado de tu corazón, en ese asiento tan cómodo y envuelto por un gran abrazo…ya puedes seguir solo, ¡porque tu Intuición te dirá que hacer!